The Age of Adz es el primer disco de Sufjan Stevens desde el año 2005, este nuevo álbum es probablemente el más inusual, en primer lugar, por su falta de fundamentos conceptuales, y en segundo lugar, por su preocupación de Sufjan por sí mismo. El álbum es la renuncia del compositor a ex técnicas de contar las historias sin trabas por los conceptos: existen presunciones pocos narrativa o bocetos de los personajes, no hay panoramas históricos, sin gestos cívicos, sin maniobras literarias, sin ilustraciones empapadas de la teoría cultural, escenario de conflictos, resolución o desenlace. Sufjan ha despojado de la tela de artificio narrativo un enfoque más primitivo, haciendo hincapié en el instinto de artesanía.
El resultado es un álbum tal vez más vibrante, más primario y explícito que cualquier otra cosa que ha hecho antes. Los temas desarrollados aquí no son ni históricos ni polémicos, tienen un costado personal y original: el amor, el sexo, la muerte, la enfermedad, la ansiedad y el suicidio aparecen en un tapiz de canciones de pop que transmiten un sentido de urgencia, la inmediatez y la ansiedad como nunca antes visto.
Por supuesto, el tema del amor absoluto (y afecto) corre más profundo, a menudo con franqueza descarada. Ya sea cantando sobre una fiesta de pijamas, vejez, enfermedad, o el Apocalipsis, Sufjan no puede dejar de hacer todo a través de la lente del amor y el afecto, el deseo de contacto, la cercanía y conexión. Tal vez se pone de manifiesto lo que hemos sabido todo el tiempo, Sufjan es fundamentalmente un sensualista.
La muerte ocupa un lugar preponderante, ya sea como un oráculo en la cúspide de un volcán o como un presagio oscuro en la ventana por la noche. ¿Qué vamos a hacer de estos clímax emocionales, volcanes humeantes, naves espaciales alienígenas, demonios y deidades?
Para quienes están familiarizados con los trabajos anteriores Sufjan, esta incursión en el mundo del pop digital no debería ser tan sorprendente. La diferencia aquí es que el collage de sonidos electrónicos se ha incorporado en una colección de canciones, mientras que los sonidos se dan condiciones de igualdad a la voz, se lava como en un tablero de pedales de efectos.
Estos temas se ilustran mejor en el mismo nombre del álbum. The Age of Adz se refiere al arte apocalíptico de Royal Robertson (1930 -1997), un negro de Luisiana signo de reciente creación (y autoproclamado profeta) que sufría de esquizofrenia, y cuya obra representa sueños vívidos del artista y visiones del espacio, los extranjeros, los automóviles futuristas, monstruos excéntrico, y los signos del Juicio Final, todo envuelto en un psico-confusos de la profecía bíblica, la numerología, la mitología nórdica y la jerga del cómic. Algunas partes del álbum utilizar el trabajo de Robertson como un trampolín hacia una conciencia cósmica en la que los instintos básicos se han incorporado en un cuadro de escenas extraordinarias de la ira divina, la catástrofe ambiental y la pérdida personal.
Sin embargo, Robertson también era un hombre de circunstancias mundanas. Vivir solo en un trailer con la pobreza cerca, su obra más fantástica contiene referencias conmovedoras al hambre, la fatiga, la ansiedad, cupones de alimentos, la soledad y el deseo de intimidad, con guión de las quejas descaradamente afectiva.
De la misma manera, Sufjan pone su imaginación en el esplendor de las altas esferas (la revelación divina, oráculos, el amor, el cosmos, el Apocalipsis) rasgando el corazón en el fango de la soledad, la duda, o pánico, mientras que su cuerpo insta a el toque ordinario de un amante, un hermano o un amigo.
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