Los Everything But The Girl pueden haber estado en receso indefinido por más de una década, pero ella se mantenía ocupada criando a sus hijos, colaborando con artistas como Massive Attack y The Unbending Trees.


Un album de Thorn es siempre un evento de bienvenida, como en sus albumes anteriores se la ve continuar con ese coqueteo con la música electrónica, empleando en ocaciones a productores como Ewan Pearson, hombre detrás de nombres como Delphic, Ladytron y M83, nos sugeriria más de lo mismo en esta ocacion.


Sorprendentemente, sin embargo, todavía hay temas que sonarían como en un club nocturno local, pero en las pistas se han destacado la tristeza y la fragilidad.


Gran parte de esto, por supuesto, se ha reducido a la exquisita voz de Thorn. Está demostrado a lo largo de los años que ella puede manejar cualquier tipo de música, pero nunca sonó más a gusto entre los acordes de un piano quejumbroso y cuerdas blandas como en su apertura con esa lírica agridulce y deliciosa.


Se logra un tono lírico que se mantiene en todo el álbum, aunque Thorn finalmente se casó con su pareja EBTG Ben Watt el año pasado (después de un compromiso de años 27), hay muchas canciones que se centran en el divorcio, fracaso en las relaciones y el paso del tiempo.


Algunas pistas pueden echar mano a los forrajes genéricos de pista de baile, a mid-tempo, pero en general esto es hasta aquì uno de los mejores trabajos de Thorn, desde Everything But The Girl.
Tracey Thorn - Hormones by inertiapromo
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