Con una parsimonia casi mortuoria, similar a la de una obra que comprende cuatro discos en diez años, recibimos el último largo del proyecto personal de Lyz Hysen. Dejando a un lado unas colaboraciones prácticamente imperceptibles, las nueve letanías de este ‘Become Secret’ están construidas sobre la base de un piano o una guitarra esquelética, la voz de la misma Lyz y el discurrir lento y agónico del cello de Stephanie Vittas.




Manteniendo un complicado equilibrio entre el nuevo clasicismo de Goldmund o Peter Broderick y el ambient fantasmal de Grouper (‘Twilight Parting’, ‘A Dune A Doom’, ‘I Know My Time Now’), o lo que es lo mismo y mejor que todo lo citado, la Nico de ‘The End’ (1974, Island). 







Picastro extraen momentos puntuales de belleza al vacío existencial de nuestro tiempo, véase la muy David Grubbs ‘A Neck In The Desert’ o el cierre con ‘The Stiff’ (Antonioni es apuntado como referente), pero su música no llega a golpear y por lo tanto perdurar en nuestra memoria, haciendo palpable aún más si cabe (y suponemos que no intencionadamente) otra de las máximas de la filmografía del maestro italiano. 






La incapacidad para comunicarse del ser humano moderno.


Fuentes--------MySpace---------www.avantfolk.org-------grooveshark.com