Son muchas las ocasiones en que este actual panorama musical se ve invadido por las acusaciones dehype hasta el punto de señalar a muchos que ni siquiera lo buscan y poseen las pretensiones para ser considerados en el bolo. Esto lo siento casi como una versión arty o intelectualoide de las paranoias de aquellas películas de terror en las que no se reconocía al del costado como aliado o enemigo, tremendismo que concluía con el dedo acusador levantado ante la catástrofe y se sellaba con la frase: “usted puede ser el próximo”.
No creo que nadie se libre de pasar por esa suerte de detector de aduanas ni los buenos ni los malos. Al escuchar un disco como el Fortress Round My Heart, llego a la conclusión de que hay casos en los que sería mejor olvidar esas consideraciones que han vuelto “pretendidamente suspicaces” a varios gurús implantadores de tendencias en sus afanosos seguidores. La noruega Ida Maria sigue sin duda la senda de otros tantos talentos provenientes de Escandinavia que saltan a las Islas Británicas para tentar el despegue mundial. Sus argumentos son sencillos pero efectivos: un garage rock frenético, punkie, pero con cierto aire fresa que adorna su timbre de voz.
Está entre mis 10 favoritos del año !.
(Ida Maria padece una patología neurológica conocida como sinestesia, que le hace ver colores cuando oye música.) 
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